sábado, 15 de octubre de 2011

Agamos el amor...




Quiero que nos agamos el amor, quiero que estes en mi dentro de mi, sentir que estoy viva. Sentir tu vientre palpitar, dilatarse bajo mis manos, recorrerlo despacio, asombrándome con el a cada milímetro. Que cuando tus ropas caigan despacio y sin prisa mis ojos se llenen de ti. Mis sentidos se embriaguen de tu perfume, de tu fragancia, de tu olor.

Que al desnudarnos, perdamos el control. Y perderme de manera total y absoluta en ti, en tu cuerpo, en tu amor.

Caer derrotada en tus brasos, Quedar pasmada por tus caricias, amarte, poseerte, disfrutarte, gozarte, sentirte. Sueño con el día en que te descubras ante mi....
Te imagino de tantas maneras y formas
que la lujuria se posesiona de mí. El deseo me lleva hasta la cumbre de la dicha. Tu cuerpo, tus besos, tus manos, tus palabras y gemidos me aturden, me subyugan; dejándome apenas sin control. Quiero, deseo, necesito tus caricias, tu amor, tu sexo húmedo y palpitante. Y lo deseo por la sensualidad, no por la sexualidad.

Te deseo porque te amo.
No te amo por el deseo de tu cuerpo. Porque quiero complementarme en ti. Sé que en ti, me sentiré plena, llena y satisfecha...
Pero deja mientras ese glorioso día llega de aparecerte en mis sueños, en perturbar mis noches con tus inagotables ancias... Con tu boca traviesa y llena de palabras perturbadoras, de amor, de insana pasión.

Tu sensualidad apenas contenida, tu sexualidad a flor de piel. Tú eres, solo tú, a quien amo y deseo. Ya no hagas solo en sueños lo que tanto anhelo. Tómame soy tuya. Goza, cómo yo gozo contigo. Todo el deseo contenido por ti explotará en una interminable cadena de espasmos de placer. De elucubraciones morbosas. De un catártico placer.

De nuestros cuerpos sudorosos, agotados apenas sostenidos por un halito de vida. Entregados en su totalidad a los placeres carnales. Dilatados… Incapaces de recordar las locuras cometidas apenas unos segundos antes… Pero… Sobre todo con el amor, mutuo, saliendo de cada poro de nuestros cuerpos. Estos cuerpos, que aún cuando el tuyo es la personificación de la perfección, apenas podrán contener nuestros sentidos.

Cuando las miradas no sean suficientes, las manos hablarán por nosotros. Y solo hablarán el lenguaje del amor.....

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