Cada vez...
que el sol toca mis manos
y me abraza con sus rayos,
escucho una voz bajita
desde mi corazón exclamando:
¡Me quiere! ¡No me quiere!
Desde ese momento,
estelas de amor
se esparcen en el dosel
de los sueños,
vuelan mis suspiros hacia ti
como mariposas por el viento.
He soñado con tus caricias
y besos tantas veces,
que deshojo margaritas
solo para imaginar que me quieres,
y por qué no?
quizás...
tal vez…
sientas tú lo mismo.
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